El Juez del Superior Tribunal de Justicia, Ernesto Löffler en contra del proyecto de reforma Constituncional presentado por el gobernador Melella, el juez sentenció “No hay que tocar los textos constitucionales”.
Löffler, manifestó su posición personal contraria a la reforma constitucional propuesta por el gobernador Gustavo Melella en una reportaje que brindo a Radio Fueguina, primeramente reconoció que “no la conozco, no vi el texto” de la propuesta oficialista que esta semana cobró nuevos bríos mediáticos. Pero aceptó la invitación al análisis. El magistrado enfatizó, para sustentar sus argumentos, su experiencia en la arena política, su condición de profesor de Derecho Constitucional, y titular en la materia Aspectos Esenciales de la Constitución de Tierra del Fuego, desde hace 14 años. “Conozco bastante el tema” reforzó al respecto.
“He escuchado a muchos referentes políticos decir que el gobernador va a encabezar la lista de convencionales. Basta con el artículo 196 de la Constitución de la Provincia para darse cuenta que esto es imposible. Ni gobernador, ni vicegobernador, ni intendentes pueden ser candidatos a convencionales constituyentes” comenzó a exponer Löffler en relación con cierto desconocimiento generalizado en la materia. Básicamente, el Juez basó su exposición en el concepto de reelección indefinida, hoy permitida en los cuerpos legislativos pero vedada en los ejecutivos: “Esto tiene un propósito y está emparentado con la reelección indefinida de los integrantes de los cuerpos legislativos que nace así en la Constitución de la Provincia, después las Cartas Orgánicas lo limitan. Y esto responde a un propósito también que tuvo en cuenta el convencional constituyente argentino en 1853 y 1860: creó un Poder Ejecutivo muy fuerte, porque veníamos de un proceso anárquico de guerras civiles, le confirió al presidente cuatro jefaturas, le dio muchísimo poder.
¿Qué hizo el convencional para evitar que se abusara de ese poder? solamente le confiere un mandato de seis años al presidente, tenía que dejar pasar un período para poder volver a presentarse”, circunstancia certificada en el caso del dos veces presidente, Julio Argentino Roca.
Reelección indefinida: Trajo luego a colación, a sus fines, lo que ocurre a nivel nacional. Consideró que el gobierno de las provincias, los gobernadores, tienen mucho poder dado que la estructura de ingeniería constitucional fue así diseñada: “Un gobernador con mucho poder contratando publicidad, contratando obra pública, ejecutando el 90% del presupuesto provincial, es una persona con mucho poder. La idea fue limitarle la elección para que no se perpetuaron en el poder como ocurre en algunas provincias donde hay reelección indefinida” expresó.
Consultado puntualmente respecto de los legisladores provinciales en nuestra provincia, cuya reelección indefinida consagra la Carta Magna, Ernesto Löffler contra argumentó que, en ese caso, “se tienen que someter al escrutinio de la gente cada cuatro años”. Volvió a apelar al ejemplo de Estados Unidos, donde los diputados duran solo dos años, pero pueden aspirar a repetir mandato cuantas veces quieran, triunfo en las urnas mediante.
“No me quiero meter en esa discusión” esgrimió seguidamente ante la pregunta puntual de reforma fueguina sí o no. Pero, elípticamente, cimentó su convencimiento en contra refiriendo a ejemplos fundacionales: “El convencional constituyente tomó el modelo argentino, el modelo nacional, donde los legisladores nacionales, los diputados, pueden ser elegidos indefinidamente, lo mismo los senadores. No el presidente. Acá, si aplicamos esa misma lógica al ámbito de la provincia, y está bien que el gobernador no tenga reelección indefinida”, sentenció.
Y redobló la apuesta: “Y está bien que los legisladores tengan la reelección indefinida, como estaba en los Concejos deliberantes cuando se dictó la Constitución de 1991”. “No sé qué otro tema quieren reformar” se preguntó el tribuno con cierta suspicacia. “Fui diputado nacional, estuve en política, fui secretario de la Comisión de Legislación General. La lógica de la Comisión era, cada vez que se presentaba un proyecto de ley para reformar el Código Civil, el criterio de la Comisión era no hacerle lugar. Porque si no, modificar un artículo alteraba el equilibrio, la coherencia, la cohesión, la consistencia, la lógica de un texto”.
No la toquen: El juez del STJ Ernesto Löffler formuló un conceptual exhorto a no innovar en materia de reforma constitucional en Tierra del Fuego: “Dejemos a la Constitución. Las Constituciones tienen que ser escuetas, tienen que adaptarse, no hay que tocarlas. La Constitución argentina es la segunda más antigua del mundo después de los Estados Unidos. No hay que tocar los textos constitucionales”.
Abundando en este último concepto, consideró un agravante pretender modificar la letra constitucional “en período de crisis como los que estamos atravesando, porque se altera toda la esencia del pensamiento social”. Conjeturó que, en el actual caso, “lo que la gente quiere o piensa o siente se ve de alguna manera incidido por la situación económica en periodos de crisis”.
En cambio, prefiere que eventuales cambios en el texto de la Carta Magna se promuevan cuando “el pueblo esté en paz, con tranquilidad, pueda reflexionar sin interferencias de este tipo”. En el único resquicio donde Löffler aceptó el convite de abordar la estricta coyuntura, fue en el de los cargos cuestionados en su condición de vitalicios: “Al gobernador lo escuché hablando de eliminación de los cargos vitalicios” reconoció, para luego rebatir: “Hay que respetar el derecho adquirido, él modifica y la gente que está en los cargos va a tener que estar ahí mientras dure su buena conducta”.
Además, fue más al fondo de la cuestión al opinar que “prefiero organismos de control independientes con la garantía de la inamovilidad, para que no ocurra lo que ocurre en Río Grande donde tenés que elegir cada cuatro años a los miembros del Tribunal de Cuentas”.
Sobre el final de su intervención en el candente tema, y a modo de sustento de su posición en defensa de la calidad vitalicia de los cargos en los organismos de control, apeló a su propio ejemplo: “Fui muy perseguido en el gobierno anterior, Rosana Bertone dijo ‘vamos a ponerle límites a la familia Löffler’, me apuntaron directamente a mí, nunca supe por qué. Obviamente estas declaraciones, no alteraron, no interfirieron la independencia con la que tenía obrar y mis resoluciones y mis sentencias siempre fueron tratar de respetar y de hacer justicia” concluyó el Dr. Ernesto Löffler.